La calle junto al mar
se encontraba envuelta en una neblina densa y, mirando a lo lejos, focos con
luz amarillenta marcaban el circuito hasta llegar al puerto. No sé por qué
decidí caminar aquella noche tan fría, quizás buscando algo más de calor del
que había en la soledad de mi morada. Mi paisaje interior acentuaba aquella
sensación, propia de la geografía de una prostituta entrada en años, con nieves
eternas en su alma. Una brisa húmeda despejó la bruma frente a mí y, como
aparición fantasmal, un hombre que caminaba a paso lento se detuvo para no
embestirme.
Miré su cara y sus ojos, al principio
contraídos por el sobresalto.
No tuve dudas. Era aquel misterioso
cliente de las noches tormentosas, el marino del barco con casco bermellón.
Vinieron a mi memoria sus visitas al
viejo cabaret, su mirada fija sobre mí y el bolso de cuero negro que llevaba
colgado en su hombro derecho.
No es casualidad que lo recordase.
Solamente venía las noches de lluvia torrencial en aquellos inviernos que mi
juventud toleraba para mitigar el hambre.
Sin palabras, parado frente a la cama,
sacaba de su bolso un camisón de seda negra con el que me vestía. Luego rociaba
mi cuello y mi espalda con perfume francés. Me tomaba de las manos, cerraba sus
ojos y, sin quitarse él la ropa, nos acostábamos en la concavidad del viejo
colchón vencido, que simulaba un nido. Me abrazaba fuerte durante largos
minutos, hasta que su llanto brotaba como un mar arrollador y se desahogaba en
una profunda espiración final. Luego la paga, un beso en la frente y el
silencio. Quizás indujo la vida esta caminata para contestar mi interrogante.
Parado frente a mí todavía, el marino
también me reconoció y, en la distancia que faltaba para llegar al puerto, supe
que en aquellas noches de lluvia y frío había sido su amada muerta, que el
pobre imaginaba tiesa y helada en la tumba, lleno de culpa, por no haber estado
con ella el día que partió.
Chivilcoy, 2012
Copyright © Guillermo
Rodolfo Pinotti, 2012.
Todos los derechos
reservados.
ISBN:
978-987-33-2139-9
Supervisión editorial:
María del Valle Grange.
Hecho el depósito que
fija la Ley 11.723.
Impreso en la
Argentina - Printed in Argentina.
Impresiones GraFer
(Chivilcoy), 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario