SEXUALIDAD
Sin lugar a dudas los cambios y avances
científicos como por ejemplo la ingeniería genética, desbordan nuestra
capacidad para poder mantener actualizados nuestros conocimientos. A un ritmo
similar se producen cambios socioculturales y de valores que nos ponen a prueba
a diario. En una sociedad competitiva y perfeccionista, todavía hay ciertos
aspectos de la naturaleza humana que conservan su misticismo y subjetividad, como por ejemplo la sexualidad.
Cada persona tiene su propia sexualidad, teñida por sus valores, su cultura y
sus creencias.
Somos seres sexuados y como tales en
todas nuestras actitudes desde que nacemos hasta que morimos la expresamos en
nuestra manera de comunicarnos, no quedando restringida solo a la genitalidad.
La familia, profesionales y educadores
tenemos la obligación de ayudar a no enfermar y a tener una actitud responsable
frente a la vida, ante el cuerpo y las relaciones humanas.
En "Sexología de la familia" (1961), el Dr. Florencio Escardó - considerando que todavía hablar sobre
sexualidad humana no era tema fácil - entendía a la familia como institución
sexual, avanzaba sobre la idea de maternidad planificada, evolución sexual del
niño y los fines de la educación sexual.
En algunos párrafos del libro comenta
que "sin un buen conocimiento los padres no podrán actuar eficazmente como
educadores, ya que se limitarán a proyectar sobre sus hijos sus propias dudas e
insuficiencias"...."La educación sexual forma parte de la educación
general y debe ser impartida en el juego cotidiano de condiciones y
circunstancias nacidas de la vida misma y jamás en forma de una clase formal o
lección aparente. Cualquiera de estos tonos puede frustrar para siempre toda
confianza entre chicos y grandes, y por poco sentido del humor que tengan los
menores, servirán para que vean ridículos a los mayores".
"La gratificación sexual debe ser
obtenida en su más alto nivel dentro de la pareja, y corresponde a cada parte la retribución
recíproca. Todo individuo debe comprender que en una atmósfera de integración
afectiva y emocional de tono superior, previas a las técnicas de la vida
amorosa, alcanzan una aplicación que las ennoblece, dignifica y poetiza".
En el libro "Homeopatía para
alópatas" (1991)del Dr. Mario
Crespo Duberty y que dedica al Dr. Florencio Escardó, dice: "Hoy en
día no se califica a un docente por su caudal de conocimientos que atesora,
sino por su capacidad de aprender, es decir de ser alumno, y Florencio Escardó
es el alumno más brillante que he conocido, por lo tanto lo creo el mejor
docente que muchos hemos tenido"......"No nos llenó de conocimientos
como un tonel, nos iluminó con una llama y nos incendió de inquietud".
El Dr.
Mario Draiman en el prólogo del mismo libro refiere: "Quiero adherirme
al Dr. Mario Crespo Duberty en el reconocimiento del Dr. Escardó. Cuando cursé
pediatría en 1963 en su Cátedra de la Sala 17 del Hospital de Niños, como
alumno quedé estupefacto por la revolución pedagógica de la que fui afortunado
participante. Presencié maravillado las clases teóricas y prácticas,
desprendidas de cualquier solemnidad, con una participación activa del alumno y
de nuestra evaluación de la clase. Quedábamos fascinados con sus concepciones
de avanzada, fue el Dr. Escardó la única autoridad que nos dio clases de
sexología, que era tabú en la Facultad de Medicina. Finalmente eliminó los
tensionantes exámenes finales, porque se clasificaba al alumno diariamente por
su participación y dedicación; y sin embargo hoy doy fe de que no olvidé nunca
los conceptos fundamentales que me fueron enseñados".
Cuando damos información sexual
movilizamos contenidos personales que tienen que ver con lo que como personas
traemos estructurado. El niño al crecer con esta información descubrirá y
conocerá su propia sexualidad y su capacidad para dar y recibir amor.
La
familia y la escuela deben buscar un lenguaje común en la información
del niño y compartir sus experiencias.
Guillermo R. Pinotti
No hay comentarios:
Publicar un comentario