jueves, 1 de enero de 2015

EL TIEMPO JUSTO

EL TIEMPO JUSTO

Guillermo R. Pinotti - °Derechos Reservados. Dirección Nacional del Derecho de Autor – Argentina.

Alfonso despertó y me tomó la mano. Mostraba ansiedad por contarme lo que le había pasado. Acomodó mejor su cabeza sobre la almohada y comenzó a hablar:
“Caminaba por Avenida Callao hasta llegar a calle Alvear, y allí - en esa esquina – había una enorme tapa de hierro abierta en la vereda. Una fina escalera permitía bajar hasta donde había luz y más allá. Siempre, desde niño, tuve la fantasía de bajar por un túnel así. Como en las películas de ciencia ficción, donde bajo la ciudad habitaban seres distintos. Y de a poco comencé a descender hasta llegar a un piso intermedio entre la superficie y el fondo. Había un reloj de pared, de esos que tienen un péndulo, pero no distinguía sus agujas. Miré mi reloj de pulsera y era la hora diez menos cuarto. No sé explicarlo bien, pero me sentía en paz, tranquilo y contento por seguir descendiendo. Pero de pronto un murmullo de agua revuelta me asustó. Sí, un torrente ascendía hacía mi, lentamente pero continuo y persistente. Temí ahogarme y, desesperado trepé abruptamente hasta quedarme sin aire.”
Alfonso soltó mi mano y giró sobre la cama para descansar. Miré el reloj sobre la mesa de luz y era la hora diez. Ya no respiraba. Había muerto.





Guillermo R. Pinotti - °Derechos Reservados. Dirección Nacional del Derecho de Autor. Obra Inédita – Argentina.

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