EL TIEMPO JUSTO
Guillermo R. Pinotti - °Derechos Reservados. Dirección
Nacional del Derecho de Autor – Argentina.
Alfonso despertó y me tomó la mano. Mostraba ansiedad por
contarme lo que le había pasado. Acomodó mejor su cabeza sobre la almohada y
comenzó a hablar:
“Caminaba por Avenida Callao hasta llegar a calle Alvear, y
allí - en esa esquina – había una enorme tapa de hierro abierta en la vereda.
Una fina escalera permitía bajar hasta donde había luz y más allá. Siempre,
desde niño, tuve la fantasía de bajar por un túnel así. Como en las películas
de ciencia ficción, donde bajo la ciudad habitaban seres distintos. Y de a poco
comencé a descender hasta llegar a un piso intermedio entre la superficie y el
fondo. Había un reloj de pared, de esos que tienen un péndulo, pero no
distinguía sus agujas. Miré mi reloj de pulsera y era la hora diez menos
cuarto. No sé explicarlo bien, pero me sentía en paz, tranquilo y contento por
seguir descendiendo. Pero de pronto un murmullo de agua revuelta me asustó. Sí,
un torrente ascendía hacía mi, lentamente pero continuo y persistente. Temí
ahogarme y, desesperado trepé abruptamente hasta quedarme sin aire.”
Alfonso soltó mi mano y giró sobre la cama para descansar.
Miré el reloj sobre la mesa de luz y era la hora diez. Ya no respiraba. Había
muerto.
Guillermo R. Pinotti - °Derechos Reservados. Dirección
Nacional del Derecho de Autor. Obra Inédita – Argentina.
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