jueves, 1 de enero de 2015

NOTA C: PODER PARA PODER


NOTA C: PODER PARA PODER


"Poder para poder” Guillermo Pinotti
Escuchamos y opinamos a diario, sobre la condición de los que pensamos: están “enfermos por el poder”. Y apuntamos hacia arriba desde nuestra realidad de ciudadano común. Y los ejemplos sobran: encumbrados políticos atornillados a sus cargos que jamás quieren irse, grandes empresarios, consorcios, corporaciones, etc. Pero, ¿no es la “necesidad y deseo de poder” una condición natural del ser humano en cualquier nivel social en que se encuentre?




Aquello que se repite observando a quienes escalan socialmente y económicamente que, “una vez que llegan se olvidan de dónde vienen”, estaría en tal caso, dentro de lo esperable y lógico para nuestro “ser humano”, que las grandes y pocas excepciones de personajes encumbrados y humildes que, en la historia de la humanidad, son esporádicas. Así, “Quien toma el bastón, jamás lo quiere soltar”, cueste lo que cueste. Y quien contrae “la enfermedad del poder”, difícilmente cure. Cada uno desde el lugar que nos toque, en cierta manera, obramos de la misma forma.

Quizás por el impulso de diferenciarnos del otro, búsqueda de gloria, reconocimiento, honor. O tal vez en la búsqueda de dominio: estar al mando, tener autoridad e influencia sobre los demás. Y por último la ambición o afán de posesión de cosas, de bienes, de riquezas. La distorsión de la realidad que produce es evidente. Encumbrados y poderosos personajes con extraordinario nivel económico que llevan una vida ostentosa, se muestran como los únicos capaces de comprender a las clases humildes que viven postergadas hace más de 50 años. Pero no pueden imaginarse ellos mismos llevando una vida común, dejar el nivel de exigencia que se imponen y la posibilidad de volver al llano. En definitiva, el afán por diferenciarse, dominar y poseer, son los tres parámetros en los que se reconoce el poder.


Y finalmente, todos los hombres deseamos y necesitamos algún grado de diferencia con los demás, cierta capacidad de seducir y sujetar al otro, y un determinado patrimonio personal. La búsqueda de poder es parte de nuestra esencia en todos los niveles. Tanto el que nos dirige, el que nos protege o el que nos oprime.


Por eso debe haber mecanismos adecuados de control, normas y leyes que lo regulen. El que abusa del poder, no aspira a otra cosa en su fuero interno, sino a la libertad de obrar a su modo, aunque sea a expensas de reformas de leyes preestablecidas, o la esclavitud de los demás. La ética es la encargada de sostener el principio que, no hay libertad, mientras solo un ciudadano carezca de ella. El poder forma parte de nosotros mismos y debe ser regulado.


Tampoco podemos vivir sin el, porque huir del poder o despreciarlo, es otra forma de ejercerlo. Y por último recordar que todos los extremos son nocivos y, toda obediencia incondicional, hasta que se demuestre lo contrario, es sospechosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario